7 octubre, 2019
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Luz de grito

 

En los pasillos de las villas se comenta que un chabón de 21 años la está rompiendo, que su grito trascendió toda barrera, clases sociales, géneros, edades, fronteras y así rima como en nuestras canchitas, tiras, escuelas, esquinas o potreros lo hacen las pibas y los pibes: a puro sentimiento, a pura expresión. Desde las plazas porteñas, Valentín Oliva, Wos o Wosito, hizo escuchar su voz, que lo catapultó a las batallas internacionales con un mensaje bien claro a la hora de rapear: “Yo lo logré porque competí con la panza llena, porque no me juzgaron y porque pude ir a estudiar”.


Sincero, firme y consciente, sabe bien que la suya no es la realidad de todo el mundo, aunque sí sea el sueño de muchos. Ante miles de personas en vivo y con millones de seguidores en las redes sociales, su palabra es condundente y tan popular como firme contra la mano dura: en este gobierno “reprimen y recortan en salud, educación y cultura”. Rompiendo los esquemas con sus patadas de canguro, arriba y abajo de los escenarios grita para «que el Estado deje de marginar a los pibes de los barrios”. Así fue el encuentro, nuestro propio freestyle con Wos, marcado, con un solo beat, el ritmo de tanta crudeza: «Es imposible que no te movilice que la Policía esté matando a los pibes, que no te parta la cabeza». Y atrás, o más bien al lado suyo, una caravana de ideas, letras y emociones que nos llenan el alma con las vivencias del presente: «Todas las medidas apuntan a lo mismo… El problema es el Estado que está ausente».