Había una vez un Jefe de Gobierno que jugaba siempre para el mismo lado, nunca para los pequeños productores, jamás para el humilde campesinado.
Había una vez un alcalde porteño que prohibió los feriazos organizados por la Unión de Trabajadores de la Tierra, donde más de 100 mil vecinas y vecinos de la ciudad ahogados por la inflación conseguimos a un precio único el kilo de rúcula, lechuga, acelga, habas, espinaca, remolacha, zanahoria, morrón. ¿Cuánto pagaba nuestra gente?
¡$10 únicamente!
Había una vez un pelado de sensibilidad que a través del Ministerio de Ambiente y Espacio Público le imposibilitó a los pequeños productores comercializar de forma directa. Un ejemplo esclarecedor: el kilo de lechuga en el Mercado Central, entre $15 y $30. En cualquier verdulería, entre $40 y $60. ¿Cuánto gana el productor?
¡$2 para el más trabajador!
Había un dirigente pro empresarios, pro terratenientes, pro intermediarios, bien PRO, que acaba de clausurar las ferias de las que fuimos beneficiadas varias organizaciones sociales “porque las plazas quedaban sucias y se gastaba presupuesto en limpiarlas”. ¡Otro invento!
Y siempre el mismo cuento…
Había una vez un Jefe de Gobierno que nos quería tanto, tanto, tanto, que cercenó a la UTT para incentivar nuestra dieta: un amor, Horacio Rodríguez Larreta.
