30 noviembre, 2018
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La vida en comunidad, la vida por la tierra

“El Bosquesito de Hernández”, ubicado en la esquina de avenida 25 y 511, en el barrio platense de José Hernández, es un vivero escuela y espacio cultural abierto a la comunidad. Surge en el año 2010, como proyecto colectivo y horizontal para el barrio, y con el objetivo de revalorizar la soberanía alimentaria y agroecológica, especialmente en la reproducción de semillas. El Bosquesito se emplaza en el anterior terreno de la ex-FASACAL S.A. Comercial e Industrial, una fábrica de cal que quebró hace más de tres décadas, cerrando sus puertas y dejando familias enteras en la calle, muchas de las cuales todavía viven en el barrio y hoy participan de las actividades del espacio cultural: talleres de huerta y viverismo, cerámica, muralismo, artes marciales y autodefensa feminista, bicicletería, circo, tambores, carnavales barriales, rondas de ginecología natural y ferias anuales de intercambios de semillas, entre otras.

 

 

Hasta la recuperación del terreno por la comunidad del espacio, el lugar era un aguantadero y basural para el barrio de Hernández, abandonado por sus anteriores propietarios. Pero en el año 2016, El Bosquesito enfrenta una primera denuncia y pedido de desalojo express, acusado de usurpación, por Jorge Mario Larran, quien se presenta como presidente de FASACAL, cargo que asume recién en 2009, es decir, treinta años después de que la sociedad anónima quebró y cerró. La justicia falla a favor del espacio, asentando que no hubo usurpación alguna porque la ocupación del terreno no fue ni violenta, ni forzada, ni clandestina, y entonces El Bosquesito se consolida como Asociación Civil, con el acompañamiento y asesoramiento legal de las abogadas y abogados barriales de La Maza. Sin embargo, a finales de 2017 y principios de 2018, la hija de Jorge Larran, Victoria Larran, embiste con una segunda denuncia penal, que se desestima directamente en la fiscalía, por el principio jurídico de no juzgar dos veces a una misma persona por una misma causa.

 

 

 

 

En ambas denuncias la justicia indicó que la disputa del terreno debe resolverse en el fuero correspondiente, el civil, pero la familia Larran insiste en violentar el conflicto y así poder avanzar por la vía penal.

 

 

Así, la mañana del pasado jueves 15 de noviembre, Germán Larran, hijo de Jorge Larran y Subsecretario de Gestión Ambiental de La Plata, irrumpe en El Bosquesito acompañado de un patrullero sin patentes de la subcomisaría de Hernández, una retroexcavadora y dos empleados, y lleva adelante sin orden judicial y con total violencia un operativo de desmonte. Finalmente, luego de que la destrucción costara la pérdida de materiales del vivero, las abogadas y abogados de La Maza, junto con la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) y un centenar de vecinos y vecinas, detienen el atropellamiento y le hacen reconocer al subcomisario Francisco Benítez que es completamente responsable de un operativo ilegal, que la policía estaba procediendo sin orden judicial y en favor del pedido de un privado que en ningún momento acreditó ser poseedor de los terrenos. Al día siguiente la comunidad realiza una denuncia penal en la fiscalía contra Germán Larran, Victoria Larran y el subcomisario Benitez, que la CPM replica luego en Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad. Pocos días después, en la mañana del martes 20 de noviembre, ocurre otro ataque: incendian la esquina de 25 y 511. Se presentaron el Comando de Patrullas de La Plata, los bomberos de Gonnet y una mujer, y entre atropellos y malos tratos, apretaron a algunos integrantes del espacio pidiéndoles sus datos personales y amenazándolos con detenerlos si se negaban, hecho que también incorporarán en la causa.

 

 

Ante estas claras y manifiestas intimidaciones y provocaciones, resulta necesario para apoyar y robustecer el espacio cultural de El Bosquesito que la comunidad se acerque a participar de sus actividades, generando y apropiándose de otras nuevas, ya que es en la ausencia de lo comunitario que las fuerzas represivas de Germán y Victoria Larran aprovechan para el avasallamiento y la destrucción de la tierra. Por eso, la vida por la tierra, es la vida en comunidad.

 

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