18 septiembre, 2018
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«Nos reprimieron indiscriminadamente»

 
* Por Lucila González, 
Maestra, directora del jardín comunitario “Barracas Una y Otra Vez”, 
Movimiento Popular La Dignidad.
 
 

 

Hoy me levanté como todas las mañanas de mi vida para ir a trabajar. Hace diez años que formo parte de los jardines del movimiento y desde hace cinco que soy docente. Luego de otra jornada educativa con las pibas y los pibes, mi día transcurría normal, con reuniones de militancia y con tiempo compartido con mis hijos. Sin embargo, alrededor de las 7 de la tarde, cuando llevaba a mis pibes a sus actividades culturales, me empezaron a llegar mensajes de que habían detenido a compañeros senegaleses por trabajar. ¡Sí, simplemente por trabajar! 

Llegué lo más rápido que pude a la comisaría 18, en San Juan y Entre Ríos, a exigir la urgente liberación. Éramos alrededor de 30. A medida que fueron pasando los minutos, cada vez iban llegando más efectivos de infantería, hasta que, sin exagerar, llegaron a ser entre 80 y 100. Estábamos enfrente, pacíficamente, cuando de repente la Policía de la Ciudad empezó a avanzar hacia nosotros. Nos encerraron contra la pared y nos empezaron a reprimir indiscriminadamente. 

A mí me pegaron en la pierna, en los tobillos, buscando que me cayera o que me dé vuelta para cazarme. No pudieron porque un montón de compas volvieron sobre sus pasos y me rescataron. Salimos corriendo. Al alejarnos, nos dimos cuenta que faltaban varios de nosotros que, no por casualidad, se trataba de algunos referentes de las organizaciones como Rafael Klejzer, Juan Grabois y Jacquelina Flores. 

A la gente que consume estigmas por la televisión, o que incluso le ha comprado muchas veces sus productos a la comunidad senegalesa, les pido que piensen, que reflexionen sobre todo lo que nos está pasando como sociedad. Los compañeros senegaleses son laburantes que se están ganando el mango, mientras la Policía y el Ministerio de Espacio Público irrumpen de la peor manera a sacarle sus pertenencias, a reprimirlos, a patearles sus puestos en Plaza Constitución o en otros puntos de la Ciudad. Cada día está más claro: ¡A las Fuerzas no les importa absolutamente nada! 

Ante esta evidente y desgastante persecución a las y los trabajadores, a las empresas recuperadas, a los estudiantes, a los docentes, a los vendedores ambulantes, ¡a todo el mundo!, no vamos a bajar los brazos y, por el contrario, multiplicaremos la resistencia popular.

Ni un solo día, dejaremos de luchar.