6 julio, 2018
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¡La villa 31 no se vende, se defiende!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


El miércoles 4 de julio, a partir de las 19, familias enteras de la villa 31 salimos de nuestras casas nuevamente, para ser multitud en uno, y realizar un abrazo simbólico que inició en «Bichito de Luz», un jardín maternal, para luego recorrer nuestro barrio. Pese al frío polar caminamos nuestras calles, metimos los pies en ese barro constante, recorrimos el chaperío, sin cloacas, sin agua potable, sin posibilidades; transitamos por ese entramado de cables que nos mantiene en la incertidumbre de no saber si hoy otra casa se incendiará, cuantas más vidas arrebatará, ese mismo entramado que representa la desidia de un Estado históricamente ausente.

 

Este barrio está despierto y consiente del atropello que hace dos años venimos teniendo por parte del Gobierno de la Ciudad, realizando desalojos forzosos, obras sin consentimiento: «Eran las siete de la mañana cuando me desperté con el ruido de las máquinas y las paredes que temblaban; resulta que estaban cavando a 20 cm de la vereda de mi casa, pensamos que se derrumbaría todo y vendría el ingeniero de la ciudad a decir ‘acá no se puede vivir más, es peligroso, se van a tener que ir´ como paso en el fondo, por eso salimos todos los vecinos a parar la obra y cortar la calle» expresó Cruz, vecino de la Villa.
 
 
Nos movilizamos levantando la bandera de la urbanización, del Padre Carlos Mugica y de todos los mártires de nuestro barrio para exigir que se respete la Ley 3343 de Urbanización, y se escuche el reclamo de los vecinos del barrio en esta lucha histórica.

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