28 junio, 2018
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Noticias de ayer

Quéquiéncómocuándodóndeporquéando aquellos eufemismos sinuosos que encubren siempre a los mismos sospechosos, junto a los periodistas de Télam hallamos una planificada persecución, tras la llamada “reestructuración”; bajo el “profesionalismo”, un insondable cinismo; detrás del “pluralismo” una afrenta al periodismo; y descubrimos que el prometido “futuro” es sólo pasado, en su más puro estado. Ayer, mientras la verdad se declaraba en bancarrota al decretarse la derrota de cierto periodismo deportivo afecto al teatro y a los pronósticos precoces, Hernán Lombardi festejaba el despido masivo de 354 voces. Sí, justo ayer, mientras 23 jugadores silenciaban con su triunfo a los más evidentes operadores, un puñado de ajustadores intentaba callar a centenas de trabajadores, sin capitulación, deportiva ni de ningún tipo. Pero acá no se rinde nadie, porque la garganta es colectiva. ¡Hay equipo!:

 

1) “Después de 25 años en la empresa ayer me levanté a las 9 y tomamos el desayuno el telegrama y yo. Es perversa la manera en la cual, a través de unos mails de bienvenida, la empresa quiere hacer cómplices a los que no fueron despedidos. Estoy por cumplir 60 años y sólo pido saber por qué me despiden”, Alejandro Monclá, 59 años, periodista acreditado en AFA.

 

2) “Todavía estoy asimilando el golpe, buscando entender lo inexplicable. Lo que pasó fue una masacre, en la que no hubo criterio para echar a mansalva. Son una mentira, una verdadera farsa. ¡Echaron a gente de más de 50 años! ¿Dónde conseguirán trabajo? Después de más de una década en la empresa no sé cómo seguir. Vivo con mi novia, que también está sin trabajo, y su hijo. No tengo plan B. Por lo pronto, lucharé con mis compañeros para revertir esto que no se puede creer”, Ernesto Zambrini, 32 años, periodista de policiales.

 

3) «Hace 25 años trabajo en la empresa. Ayer estaba con mis hijos cuando llegó el correo: nos despidieron a mí y a mi compañera. Lo primero que pensé fue pegarme un tiro, porque mi hijo de 8 años tiene epilepsia y debemos pagar un montón de obra social y medicamentos. Es una carga enorme, no sé qué vamos a hacer. Nos inunda una tremenda desesperación», Roberto Marcelo Ávila, 47 años, área de archivo.

 

4) “El recorte representa el 40% de la planta. Sabíamos lo que se venía y hoy somos el primer conflicto público posterior al convenio entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que implica un ajuste fiscal mayor. Nosotros somos víctimas de ese acuerdo”, Mariano Suárez, 43 años, delegado de Cultura y Espectáculo.

 

5) “Aún tengo la foto guardada de cuando comencé a trabajar en la agencia: era verano y estaba vestido de traje. Ayer mis hijos lloraron con el gol de Rojo, mientras yo lloraba porque no sabía cómo decirles que me habían echado después de 22 años de laburo. Iremos hasta el final para conservar nuestras fuentes de trabajo”, Carlos Nis, 43 años, redactor de deportes desde hace 22 años.

 

6) “La semana pasada presagiamos este desenlace. La empresa hizo silencio y ayer ejecutó el recorte en medio del partido: una barbaridad por la que ni un solo funcionario salió a anunciar la lista de despedidos. Al rato que empezaron a llegar los telegramas, comenzaron a llamar los familiares con la noticia. Eso no se le hace a nadie, es muy tangible la miseria que generan”, Francisco Basualdo, 39 años, periodista de política e internacionales.

 

7) “En asamblea decidimos enfrentar esta situación, resistiendo en la calle y con la ocupación pacífica de los edificios. Contrarrestaremos el ajuste con organización, porque acá no sobra ningún trabajador. Una agencia plural y federal se hace con trabajadores, porque no se puede garantizar la democracia sin medios públicos ni laburantes”, Carla Gaudensi, 35 años, trabajadora de radio Télam.

 

8 ) “Es todo mentira lo que dijo Lombardi, ayer no ganó el periodismo. Los despidos sostienen el discurso de que ‘la agencia se duplicó en personal con la gestión anterior’, pero no hablan de las secciones incorporadas, como la radio, infografía o la audiovisual. Echaron compañeros con más de 20 años de antigüedad, que apenas les faltaban unos meses para jubilarse. ¿Puede existir tanta maldad?”, Raúl Ferrari, 55 años, reportero gráfico.

 

9) “Todavía no entro en razón. Siento que soy un número más, que acá no se respeta ni valora el trabajo, y ahora estoy a la par de los miles de colegas que desde hace dos años y medio sufren la misma situación. Es una desolación terrible, no hay explicación ni consuelo. Esto es quedarse en la calle”, Natalia Ressia, 35 años, productora de radio y audiovisual.

 

10) “La estoy pasando muy mal, estuve con nervios durante muchas horas. Cuando tocaron el timbre se me vino el mundo abajo. ¿Cómo mantener mis gastos, el alquiler, viviendo sola? Me costó parar de llorar porque Télam, donde trabajo desde hace 7 años y medio, era mi único ingreso”, Candela Botta, 26 años, administrativa.

 

11) “Mi sueldo era lo único que daba esa estabilidad. Convivo con mis dos hijos y mi marido, que es freelance, por lo que varía mes a mes su trabajo. Al recibir la carta documento sentí un balde de agua fría, pero mi mayor preocupación pasa por los compañeros que están cerca de jubilarse. Por ellos, la voy a pelear y no permitiré que se la lleven de arriba”, Victoria Benzaquen, 38 años, área de infografías.

 

12) “Después de cuatro años de laburo sólo siento incertidumbre: tal vez me llegue el telegrama, no tengo la certeza. Hay compañeros que ya la tienen, después de más de treinta años en Télam. Buscan dividirnos y que prime el individualismo, pero no lo van a lograr. ¡Somos mucho más que un número en el gasto público! Unidos, debemos exigir la reincorporación de todos los compañeros”, Juan Manuel Etchrran, 26 años, delegado del área de Registro de Proveedores.

 

13) «A los delegados nos llegó el mail siniestro de convocatoria a la ‘nueva Télam’. Buscan marcarnos la cancha y que no nos tocó sólo por esta vez. Diez años de experiencia en el medio me hace entender lo que buscan, pero no saben que nos tocaron a todos. Aunque intenten dividirnos, hoy somos todos despedidos», Jerónimo Rojas, 30 años, delegado del área de Planificación y medios.

 

14) “En los últimos 22 años de trabajo entendí que la empresa es nuestra y en 2002 conseguimos el decreto para que se declare a Télam como sociedad del Estado. Sin embargo, en los últimos años la vaciaron de contenido y ahora de trabajadores. ¿Cuál es la lógica de este gobierno? Creer que todo se maneja con plata. Para ellos, el laburante no tiene derechos por más que sea el sostén de su familia. La lucha será larga y cansadora, pero pelearemos hasta el final”, Daniel Sigal, 49 años, prosecretario del área de redacción y encargado del portal en portugués.

 

15) “Siempre hice notas visibilizando distintas luchas, conociendo el medio en donde trabajaba. Si escribía sobre gente en situación de calle, me llamaban del Ministerio de Desarrollo para bajarme una línea. Siempre sucedió. Lo novedoso es que ahora me despidieron porque sí. Ayer llegó el telegrama a mi casa y todavía me cuesta salir del shock: tengo una nena y un préstamo hipotecario que rendir. Este conflicto es largo, sólo queda resistir”, Natalia Concina, 37 años, periodista de Sociedad.

 

16) “Los directivos de Télam hablan de una ‘agencia del futuro’ de la cual soy parte según un mail siniestro que ayer nos llegó a varios. No hay futuro donde echan a más de 300 empleados. Es un verso. Esta empresa es de los trabajadores, como siempre lo demostramos. ¿Y ahora? Ahora lo vamos a demostrar una vez más”, Mayra Díaz, 30 años, administración.

 

17) “El comunicado que nos enviaron asegura que no valemos nada, que no somos profesionales. Siempre he cuidado y cumplido, de manera casi obsesiva, mi trabajo y hoy me encuentro despedida. El discurso que quieren instalar es cínico y perverso. Desde el primer día, el presidente Rodolfo Pousá nos dejó en claro que ‘la empresa estaba sobredimensionada’. Mienten descaradamente y cuentan con los medios hegemónicos a su favor. No claudicaremos hasta que nos den alguna respuesta”, Marina Sepúlveda, 49 años, área técnica y audiovisual.

 

18) “Estoy indignado y triste, trabajo hasta domingos y feriados. Pero sobre todo sufro por esos compañeros que tienen treinta años en la empresa, con una familia que sostener. Este accionar refleja una muestra más del ajuste de este gobierno. ¡No reconoceremos ningún despido! Aquí estaremos hasta que nos reincorporen a todos”, Iván Baldana, 23 años, editor del sector audiovisual.

 

19) “Somos las nuevas víctimas de un plan sistemático de recortes, porque nos echaron sin argumentos sólidos. Por ejemplo, despidieron a un compañero que días atrás había sufrido un infarto ¡y ahora no tiene obra social! Hoy nos sale la bronca por los poros al escuchar a un tipo como Lombardi diciendo que no sabemos hacer periodismo, aún después de haberlo ejercido durante años”, Roberto Koira, 50 años, trabajador del área web.

 

20) “Aún no me mandaron el telegrama, pero tampoco recibí el mail que garantizaría mi permanencia, simplemente me dejaron sin tareas porque el trabajo que realizaba ahora lo hacen desde la Jefatura de Gabinete. No dejo de preguntarme cómo pueden ser tan siniestros: al mismo tiempo que llegaban telegramas, a otros les llegaba un mail diciendo que fueron elegidos ‘para formar parte de la nueva agencia’”, Bruno Bertone, 32 años, administración.

 

21) «Siento mucha impotencia e injusticia, porque iba a laburar todos los días de mi vida. No hay ni habrá una nueva agencia, Télam somos todos nosotros, los que estamos hace años trabajando. Sabemos quiénes son ellos, justamente los mismos que quisieron llevarse puesta la empresa a principios de la década pasada. Conocemos sus intenciones, ¡pero seguiremos de pie!», Andrea Macedra, 34 años, Recursos Humanos.

 

22) “Todavía no recibí el telegrama ni ese mail cínico que la agencia está enviando. Esta es mi única fuente de ingresos. Más allá de mi caso, según Hernán Lombardi se trata de 354 trabajadores cuyos despidos son escondidos bajo la palabra ‘modernización’, queriendo solapar el ajuste”, Camil Strachnoy, 34 años, editor del portal web.

 

23) “Hace 22 años que trabajo en Télam y hace seis que sostengo a la familia, con mi marido desocupado y mis dos nenas de 15 y de 6. De los ocho compañeros de la sección, cuatro fuimos despedidos y uno no recibió el telegrama ni el mail. Me duele en el otro, sobre todo, por los compañeros que fueron destrozados con esta tremenda noticia”, Analía Páez, 46 años, periodista de Cultura.