30 noviembre, 2017
,

La Megacausa del pueblo

 

Hoy, más de 30 mil gritos atragantados en la garganta de la ESMA desmintieron por fin esas decenas de titulares escritos con sangre, décadas de mentiras, litros de tinta. No hubo enfrentamientos, ni dos demonios, ni una guerra. Hubo terrorismo de Estado y, para combatirlo, una tolerancia de 4 décadas, un proceso judicial de 5 años y 410 audiencias, encadenadas como eslabones en la cadena del sistema penal argentino. Tanta, pero tanta paciencia, que 11 de los 65 imputados no resistieron. ¿Pero saben qué? Astiz y Acosta morirán como tristes tiranos, dentro de una prisión, gracias a miles de seres humanos que jamás renunciaron a su condición.

 

Más de 5 mil almas en un Centro Clandestino.
789 delitos de lesa humanidad.
Vuelos de la muerte.
Robos de bebés.
Fusilamientos.
Torturas.
Terror.

 

Pero nunca, ni un solo año, ni un solo mes, ni un solo día, ningún gobierno democrático, ningún grupo subversivo, ninguna organización popular, ninguna comunidad originaria, ningún villero, ningún vago, ningún «morocho de piel», decidió cazarlos en su nido, como a una presa, ni condenarlos a muerte.

 

Ojalá, Santiago y Rafael
hubieran tenido esa suerte.