Ahí, frente al morbo televisado y ese suspenso que tan bien saben vender, yace confirmado y descuartizado el cuerpo de otra mujer. Pero el hambre de obtener una primicia les acelera la sangre y esa noticia que dan como subsidio, para que no se les vaya a juntar con el próximo femicidio, que se debe estar ejecutando ahora mismo, mientras miles seguimos presenciando la autopsia del periodismo.