El sábado, Río Gallegos vivió el Primer Festival por el Agua y la Tierra. Si, en la capital de Santa Cruz, donde el estado provincial, a cargo de Alicia Kirchner, favoreció históricamente al capital y a las empresas que saquean nuestros recursos, el pueblo gritó “¡basta!”.
Convocaron el LofFemMapu de Puerto Santa Cruz, Originantes hacia el sendero ancestral, Del Cielo a la Tierra y grupos artísticos independientes como La Nave Va, ArsLaboratorium, El Patio Om y Resonar Vibroacústica; todos ellos nucleados en lo que hoy es el grupo Río Vida. ¿Que los motivó? La solidaridad con el pueblo mapuche, luego de la represión ocurrida durante el mes de enero en el Pu Lof del departamento Cushamen, Chubut.
Durante décadas nuestra tierra ha sido arrasada, se repartieron la Patagonia a gusto y antojo. Hectáreas enteras con hermosos lagos y montañas vendidas a privados; sitios arqueológicos, flora y fauna autóctona en peligro por la explotación minera; millones de litros de agua derramada por la codicia del hombre en la búsqueda del oro mientras miles de personas tenemos que comprarla envasada, porque ya no es sano lo que fluye en nuestros hogares.
En octubre de 2016 la empresa minera Patagonia Gold obtuvo, por parte de la Secretaría de Minería de la Provincia, el permiso de exploración dentro de la Estancia Cueva de las Manos, a orillas de la ruta 40. Adquirida previamente por la Fundación Flora y Fauna Argentina para su conservación, y con planes de incluirla dentro del área del Parque Nacional Patagonia.
En la actualidad, tanto el estado provincial como nacional planean poner en funcionamiento las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic sobre el Río Santa Cruz, ocasionando un gran impacto ambiental en la región, aunque la versión oficial lo minimice. Es el último Río glaciario que corre libre desde la cordillera hacia el mar. Una represa allí también dañaría la biología, arqueología y geología de la zona, además de que los nutrientes necesarios para la biodiversidad marina que transporta el Río nunca llegarían al mar. Por otro lado, los estudios de impacto ambiental no aclaran el impacto que causarían dichas represas en los glaciaresPerito Moreno, Upsala y Spegazzini.
El Manifiesto Río Vida, declara “las empresas petroleras, mineras y ahora la construcción de represas, son el claro signo del falso progreso que nos lleva al retroceso. Nos manifestamos a favor de las tierras libres, para que nadie tenga que ser reprimido por buscar un lugar donde vivir, donde sembrar y cosechar su comida, donde criar a sus niños en conexión con la naturaleza”. Y finaliza “nos manifestamos a favor del agua libre para que los ríos, venas de la madre tierra, no sean cortados, para que las especies que nos dan un ecosistema puro no sean extinguidas.Nuestras acciones cotidianas repercuten en nuestro entorno, no somos dueños de la Tierra, somos parte de la Tierra.”
¿Qué debemos hacer entonces? Informarnos, estar alertas, preparados, y saber que quien defiende su tierra nunca es un terrorista. Desde nuestra mirada, la del pueblo que defiende sus intereses, esta no debe ser una lucha entre trabajadores. Nuestro enemigo no es el vecino que encuentra una salida laboral en estas empresas, entre tanto desempleo. El foco lo ponemos en el sistema de explotación extractivistaque propone pan para hoy, hambre y enfermedad para mañana. Existen otras alternativas ecológicas, que debemos explorar y poner en práctica, como la energía eólica.
El Festival por el Agua y la Tierra fue un ejemplo de unión, el bastión con el que ganaremos vida.
