22 febrero, 2017
,

“EL SAPITO SE QUIERE QUEDAR”

*  Por Lulú Romano, comunicadora de la asamblea poderosa de la Vía Diagonal Norte, Tucumán.

 

Hasta el día de hoy, seguimos esperando que el Concejo Deliberante de Yerba Buena sesione y que la promesa de declarar de “Utilidad Pública o Interés Municipal” a nuestra cancha, El Sapito, para lograr que la expropiación se cumpla. 

 

Cansados y ansiosos, luego de tanta espera, los vecinos le seguimos dando vida a la cancha como hace 50 años, con actividades para toda la comunidad. Este verano, a contramano del augurio de los mercaderes y los funcionarios adeptos al negocio inmobiliario, siguió siendo el patio trasero de nuestras casas.

 

Nos embarramos en el festejo del carnaval, hicimos almuerzos, celebraciones, el merendero «Tacitas Poderosas», y por supuesto el fútbol, que está  siempre presente. Es el deporte popular que practican niños y niñas, hombres y mujeres. 

 

La asamblea de La Poderosa y la Comisión de Veteranos del Club Deportivo El Sapito, llenamos esa cancha de contenido los 7 días de la semana, entre deporte, merienda y educación popular, los más chicos tienen su agenda ocupada.

 

Futbol Con Un Buen Guía

 

“Yo nací en el barrio y vivo hasta el día de hoy, que tengo 44 años. Amo mi barrio. Decidimos hacer entrenamiento físico y futbolístico, lo hago con cariño y los veo a los chicos que se sienten bien haciéndolo, además los vecinos nos apoyan.  Vienen participando alrededor de 25 a 30 chicos de 5 a 16 años. Venimos haciendo partidos amistosos con otros barrios, por ejemplo con el Nicolás Avellaneda, La Tablada, La Hoya y tenemos un viaje a Santa Ana”, nos cuenta Enrique «Gamuza» Pistan, profe de fútbol.

 

“Las canchas son importantes para los barrios porque muchas de ellas se perdieron, el fútbol previene y saca de las drogas a muchos chicos. La cancha de El Sapito es indispensable para la comunidad ya que es una de las últimas canchas en Yerba Buena” amplía gamuza. Es que en los últimos 20 años la voracidad del negocio inmobiliario trepado a la complicidad de las autoridades, nos quitó las canchas de Campo Norte, Las Palmeras, La Cañada, entre otras tantas.

 

Los entrenamientos del profe se realizan los martes y jueves de 18 a 21 horas en El Sapito.

 

Y porque esto no es chamuyo, nuestra revolución empieza discutiendo las reglas con las que jugamos al fútbol, con los pies en el barrio, y trabajando por nuestra comunidad, les dejamos los testimonios de pequeños y pequeñas que se embarran en nuestro potrero:

 

“Me gusta salir a jugar partidos amistosos con otros barrios, me gustaría que ganemos la expropiación de la cancha se porque quiero seguir jugando. Gabriel Pistan, 12 años.

 

“Me gustaría que la cancha se quede, El Sapito es importante porque es mío y de mis compañeros”. Ian Romano, 3 años.

 

“Me gusta salir a jugar con otros barrios porque así conozco más personas, El Sapito es importante para mí porque nos salva de cosas malas”. Iván Romano, 10 años.

 

“Me llamo Diego Romano y me dicen el Potro, tengo 15 años, entreno porque me gusta y amo el fútbol, mis padres piensan que es algo bueno para mi vida y quieren que lo siga haciendo. Me gusta jugar con otros barrios porque ahí conocemos mucha gente y nuevas amistades. Me gustaría que a la cancha la dejen para todos nosotros, sería una lástima perderla, nos va a doler mucho, El Sapito es importante para mí porque es mi vida, yo me crie ahí».

 

«El fútbol significa todo. Es lo más lindo ir a jugar. Es un momento de distracción, si venis con problemas jugando te sacas todo, te vas a divertir. A cancha es un lugar donde podes ir a despejarte». Natalia «la Chuky» González, 22 años.

 

Nadie se resigna a perder la cancha donde jugaron abuelos, padres, madres y donde sembramos sueños.

 

Entre esos arcos se crean lazos de amistad, mientras hacemos rodar la pelota demostrando que podemos ser tan grandes jugadores como personas.

 

 

 

 

 

 

 

Relacionadas