23 agosto, 2016
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Lo que nos dejó el IV Congreso Villero

Por Nelson Santacruz, comunicador de la asamblea poderosa de la Villa 21-24.

 

El último sábado, en el Obelisco, las voces de los compañeros se unieron en el IV Congreso Villero desde las 10 de la mañana en una jornada donde se debatió en diferentes grupos las problemáticas de nuestros barrios, con la participación de varias organizaciones sociales y vecinos. Las charlas se nuclearon en comisiones de Economía Popular, la situación de inquilinatos y complejos habitacionales, Urbanización, Juventud y Violencia Institucional.

 

 

Los bombos y los silbatos acompañaron al grito de ¡urbanización!, como apertura del encuentro llevado a cabo en grandes carpas en pleno microcentro porteño. 

 

Allí mismo, pese al viento y la mala cara del día, desde temprano esperamos ansiosos entrar en las comisiones, no sin antes haber plantado las banderas gigantes y bailar al compás de Pappo y Rodrigo. Más de 650 personas ante la mirada atenta del Gauchito Gil, expresaron sus ideas, problemas y consejos para entablar un resultado final y un futuro plan de lucha de todo lo que surgió de los debates.

 

 

“Este Congreso es muy importante porque estamos demostrando que existe realmente la unión territorial de las villas. Le estamos haciendo entender al Estado que no hay alguien que hable de las villas, acá hablan las villas. Es una forma de golpearle las puertas y decirles: ‘che, antendenos’. Con esto también empezamos a hacer una plataforma sólida, para que el día de mañana seamos un sector único que pelee por las mismas necesidades en conjunto, y no todos por separado. A los vecinos que están en sus casas les digo que crean en esto, porque es la verdadera construcción; lo que nos dará frutos. Seguramente no a corto plazo, pero saliendo a la calle de a poco, y deben convencerse que éste es el puente y no el lamento, sino la lucha” explicó Fidel de La Poderosa.

 

Al respecto la presidenta de la junta vecinal de Los Piletones, Mónica Rujeas, afirmó que este encuentro “es un espacio que nos fortalece y permite seguir trabajando en nuestro proyecto de  urbanización. Urbanizar no es solo una palabra sino que significa muchas cosas: calle, luz, obras públicas y vivienda. Y también es trabajo. Cada casa que se haga debe ser mano de obra para alguien que viva en el barrio. Por lo tanto este espacio impulsa, fortalece y visibiliza la realidad de nuestras villas”.

 

La pluralidad de voces unió lazos de chicos y grandes en un día gris iluminado por la resistencia y la fuerza colectiva que clamó, de nuevo: “Hoy en la Boca hay muchos problemas y no tenemos respuestas de este gobierno. Solo te dan subsidios de 1800 pesos tras haberte pedido miles de papeles y lo cobran la mitad de las personas desalojadas mientras el resto quedan en la calle. En mi barrio hay 38 desalojos en total. Creo que es importante venir a participar del Congreso porque acá está la lucha de la gente y sin eso, la unión, no vamos a lograr que los de arriba nos escuchen”, indicó Antonio, vecino del Frente Social Peronista de La Boca.

 

 

En cada comisión los brazos se levantaban y generaban propuestas mientras varias cabezas asentían y los aplausos colmaban las carpas. En Economía Popular se propuso achicar las brechas entre consumidores y productores, construir espacios físicos para el desarrollo de los cooperativistas y se piensa exigir aumento de la jornada laboral, y un salario para mejorar la canasta básica y ser reconocidos como trabajadores en el sistema formal. El plan de lucha de los inquilinos y vecinos de complejos habitacionales se basó en la creación de un protocolo de intervenciones ante posibles desalojos donde se especifique los pasos a seguir. Por otro lado, pensaron en una red de comunicación y una cadena de asambleas desde donde surjan referentes para representarlos. Por último dijeron basta a la persecución de los dueños invisibles de hoteles, y quieren saber con nombre y apellido quiénes los están desalojando para declarar ante la Comisión de Viviendas de la CTEP la emergencia habitacional y denunciar a cualquier entidad interferente.

 

La charla de la carpa de Jóvenes no se quedó atrás y expresó el preocupante ascenso de la cantidad de los chicos en situación de consumo, y la caída de los índices de estudiantes en el nivel medio. Propusieron aumentar talleres deportivos, repudiaron la estigmatización y exigieron el aumento de trabajo para ellos. En cuanto a la comisión de Urbanización se invitó a todas las organizaciones presentes a reclamar la participación en las Mesas de Trabajo de todas las villas. Se pensó en el armado de tres formas de lucha que consistieron en la creación de una Mesa de Urbanización, un acampe y como siempre, salir a la calle lo antes posible a exigir las viviendas que nos pertenecen.

 

Por último pero no menos importante, la comisión de Violencia Institucional gritó su repudio a la represión policíaca y el maltrato a la mujer. También idearon el armado de una red de comunicación contra ese flagelo, y contra la trata de personas, para crear campañas que visibilicen esta problemática. Y expresaron que no querían a policías como mediadores en la trata ni el narcotráfico.

 

Habían transcurrido seis horas y las caras expectantes de los militantes y vecinos se concentraban en cada palabra de quien tenía el micrófono en las comisiones. Allí, varios contaron sus historias, sus injusticias y sus logros. Muchos se sorprendían por las similitudes que encontraban con un otro no tan distinto, unos cuantos anotaban cada frase con intenciones de trasladarlo luego a sus asambleas. 

 

“Me presenté hoy porque soy referente hace muchos años y seguimos buscando una herramienta más contra las gestiones del gobierno de la ciudad que siempre te promete y no cumple. A ese vecino que no se anima a participar le quiero explicar que cuando más nos unimos, mejor vamos a ganar la lucha porque si lo hacemos solos siempre te mienten  y no te dan respuestas” invitó Dora, delegada de la 31 BIS y compañera de la Corriente Villera Independiente. 

 

“Tenemos derecho  a reclamar esto, no nos van a bajar. Basta de las pequeñas promesas que siempre nos dan para taparnos la boca. Abrir un merendero no es la solución. Sí lo es el trabajo para toda la gente que necesita llevar un plato de comida a su casa. No nos van a callar más: hoy los adolescentes no tienen trabajo porque piden referencias. ¿Referencias de qué? Si los empresarios no nos dan posibilidades, si el Estado no nos da educación en condiciones”, exclamo Inés de Seamos Libres a lo que sin respirar y con bronca añadió: “Los funcionarios tienen un sueldo y no como el de cualquiera de nosotros, por eso hay que reclamarles nuestros derechos y para eso estamos acá; no hay que bajar los brazos y no nos conformemos con el comedor y las cooperativas ¡No! Trabajo real es lo que queremos”.

 

De esta manera concluyó el poderoso IV Congreso Villero, donde chicos y grandes, vecinos y militantes, hombres y mujeres, el norte y el sur, banderas y tambores, se conglomeraron para golpear con un solo puño a este Estado Neoliberal.

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