14 julio, 2016
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Cagados las patas

Nos tomamos unos días para averiguar si realmente había gente en patas, malgastando energía en las casas de nuestras villas, pero se nos complicó bastante, porque la luz estuvo cortada casi todos los días y porque los medidores que debieron llegar en 1960 vienen un poco retrasados. Igual, pudimos certificar que no: aparentemente, los pies desnudos de casi todos responden a que ninguno tiene calzado suficiente como para cambiarse las zapatillas cada vez que se sumergen en las aguas marrones que inundan los pasillos, entre silvestres manantiales cloacales. Eso sí, la totalidad de los encuestados reconoció con cierto pudor que efectivamente los villeros venimos derrochando muchísima energía al pedo, en reclamos escritos que los funcionarios reciclan a pedido del presidente, para no gastar tanta agua cuando se limpian el culo.