28 junio, 2016
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Pocas luces, mucha fuerza

Desde el sábado a la noche, en seis manzanas del barrio cordobés de Yapeyú, la única luz que nos alumbra es la del helicóptero policial que constantemente sobrevuela nuestras calles. Es que hace tres días, por obra y gracia de quienes deberían representarnos, en algunas casas hay energía para que anden dos o tres lamparitas, en algunas para que funcione sólo una, y en la mayoría, directamente estamos a oscuras. Sin reprocharle nada a la oscuridad, llamamos a la Empresa Provincial de Energía Eléctrica (EPEC) para que solucionaran el problema. ¿La respuesta? “No vamos a ir, porque ustedes no pagan la luz”.

 

Oscurecidos e invisibilizados, pero iluminados por el fuego colectivo de nuestro barrio, decidimos cortar la calle para hacernos ver, con una salvedad: “Preferimos reclamar sólo las vecinas, porque si vienen los jóvenes, sabemos que la Policía va a venir a reprimir”. En este momento, la cana está al lado nuestro, mostrando los dientes, tanteando.

 

Pibes asmáticos que no pueden usar respirador, ancianos reumáticos que no pueden calentarse y una piba que rompió bolsa a oscuras: estas situaciones son posibilitadas porque en EPEC tienen el mismo criterio que en la Policía cordobesa para decidir en cuáles barrios viven seres humanos y en cuáles no.

 

Inundados en mierda, cagados de frío y sin energía eléctrica. Al final, tenía razón ese GPS ominoso: Yapeyú es «un barrio peligroso».

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