28 junio, 2014
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El otro mercado libre

El otro mercado libre...
Bien lejos del área mundialista privada, prácticamente clausurada para los torcedores de la ranchada, se rebela con la fuerza de la favela un mercadito sin gorra, ni pito, que alimenta la panza de la economía popular, desde la esperanza de los que cada mañana salen a laburar. Ajenos al boom marketinero y con raíces arraigadas al Nordeste brasilero, florecen unos 700 puestos aptos para todos los presupuestos, que reivindican la identidad de la región, metiendo todas las pausas que le faltan a la televisión. Bailando y cantando, con esas energías impresionantes que siempre tienen a mano, sus laburantes se mueven todos los días al ritmo africano, dándole forma a una feria divertida que además funciona como un medio de vida, más allá del resultado, porque el fin de los humanos nunca puede ser un mercado. A manos de un pueblo organizado, entre palos y lonas, el Circuito Saõ João recibe mensualmente a 250 mil personas, con la dinámica aceitada de La Salada y la función social del Mercado Central, pero dentro de un mismo escenario comunal, a espaldas del Mundial y de cualquiera clima hostil. ¿La FIFA? Todavía no conoce Brasil.

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