7 abril, 2013
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Revolución Cultural

Mientras seguimos levantando las paredes y los sueños del poderoso Centro Cultural, nos la baja y nos la baja ineptitud gubernamental. Mientras redactamos una revistita que nos encanta, hija de La Garganta, entre nuevos vecinos que se van formando en la comunicación, el macrismo sigue jugando a la discriminación. Justo ahí, en el terreno que la asamblea poderosa había solicitado para hacer un espacio de juegos, aparece el PRO para romper los huevos: lo ocupó con varias estructuras para sostener las hamacas que los chicos pidieron. Eso sí, nunca las trajeron. Y como buenos fachos, no se privaron de promocionar sus mamarrachos: “For our kids”, decía el cartel de la impunidad. Sí, de verdad. Lejos de paralizarse, los pibes multiplicaron las ganas de organizarse, con pilas, con mate y con cine debate. Escritores de la libertad, La Noche de los Lápices, Infancia Clandestina y un documental sobre el atleta desaparecido Miguel Sánchez, son algunas de las pelis que estuvimos viendo, con la presencia de Martín Sharples y Pablo Díaz, un militante que lucha corriendo y un sobreviviente de la noche que sigue escribiendo.
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