29 noviembre, 2006
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Cuando nada está roto, no hay que arreglar

Tras participar de las jornadas en General Rodríguez y Moreno, San Telmo fue el anfitrión de la séptima fecha de la Liga de Fútbol por la Tolerancia. Allí, bajo techo, calentitos y bien atendidos, como en casa, se hicieron presentes Los Fantasmas de Barracas y el Fútbol Callejero de Zavaleta, con el acompañamiento de una categoría menor que la Menores, que participó de un encuentro amistoso (como los otros, pero sin puntos en juego), gracias a la colaboración de las demás organizaciones, que se solidarizaron con la ansiedad de los más chiquilines, que ya se entrenan para la Liga del año que viene.

Hubo sándwiches compartidos, tremendos golazos, ricos terceros tiempos de reflexión colectiva y, sobre todo, muchas sonrisas. Sin violencia, ni oscuros negociados, existe un fútbol diferente. Pero ojo, el rumor de que algo “estaba arreglado desde antes”, tomó fuerza con el transcurrir del día: se notó que a los jugadores lo único que les importaba era divertirse.

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